jueves, 13 de mayo de 2010

El Perdón

El perdón es una expresión de amor. El perdón libera de ataduras que amargan el alma y enferman el cuerpo.

Muchos de nuestros intentos de perdón fracasan pues confundimos escencialmente lo que es perdonar.

El perdón no es olvido, no es olvidar lo que nos ocurrió.
No significa excusar o justificar un determinado evento o mal comportamiento.
No es aceptar lo ocurrido con resignación.
No es negar el dolor.
No es minimizar los eventos ocurridos.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó.

Creemos erróneamente que el perdón debe de conducirnos inexorablemente a la reconciliación con el agresor. Pensamos que perdonar es hacernos íntimos amigos de nuestro agresor y por tal motivo lo rechazamos.
No implica eso para nada, el perdón es UNICAMENTE PARA TI y para nadie más.

No hay que esperar que la persona que nos agredió cambie o modifique su conducta. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento.
Te tiene encadenado.

El perdón se debe de realizar "sin expectativas" sin esperar que nada suceda. Si esperamos que el agresor acepte su error, no perdonamos de corazón pues estaremos esperando en vano y gastando nuestro tiempo y nuestras energías en una disculpa que jamás llegará. Seguimos anclados en el problema, en el ayer, queriendo que nos paguen por nuestro dolor.

No existe nada ni nadie que pueda resarcir el dolor ocasionado en el pasado, el pasado no tiene cómo ser cambiado. Ningún tipo de venganza podrá subsanar los momentos de tristeza y desolación que vivimos, lo mal que nos sentimos.

La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.

El perdón es una declaración que podemos y debemos renovar a diario.Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo.

Perdonando desde nuestro corazón, logramos mirar los hechos tal y como sucedieron, sin juicios, y luego decidimos dejarlos ir. Que toda experiencia es una nueva oportunidad para aprender y crecer.












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